El camino más corto se hace largo en la eternidad de tus ojos, donde las puertas cerradas están y no se enternecen al vacío que llenas con tu ausencia, pero renace el ave dormida que conoce más secretos que los que muestra la vida, que con ojos ciegos sólo calma el ego del destino que juega en un universo tan reducido pero al que hace inmenso, y no se basa en el verso… es lo que dicta la prosa, donde habla el silencio que rompe vientos, para la que no existen barreras posibles de detener palabras que expresan lo que no pueden…
El silencio no existe en la risa de tu pecho, donde la alegría de la primera estrella caída se estrella y te llena y compartes y derramas, y te gozas con el resplandor que te ilumina de oscuridad. Tres fueron, mas una tuviste entre tus manos arrojándola hacia mí mientras las otras esperan o actúan de otra manera, en otros lugares…
Repartiendo aquí y allá, sin decisión ni ánimo de prestar atención a quién canta en la segunda mente, que se presenta a gritos sin querer tal vez lo que obtiene cuando calla el espíritu.
Tres son, mas yo desconozco adonde van las otras dos.---
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