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Con un puñal en el pecho
y con mi último aliento
voy a dejar que mis palabras
sean potentes espadas.

He de gritar fuertemente
y sabrán que hasta la muerte
ha de sentir repugnancia
y ha de sumarse a la rabia.

Voy a hablarles de un titán
que entre nosotros está,
de la bestia más temida
que al lado nuestro camina.

Antropófago invisible
sutilmente nos persigues
y no dejas de atacarnos
ni cuando estamos soñando.

Dónde, dónde está el honor,
hasta la honestidad cayó;
¡Fácil es volverse a ti
y tus deseos cumplir!

Creador del egoísmo
que hace crecer enemigos,
el que disturba la paz,
némesis de la hermandad.

¡Gran maestro estafador!
No sé cuando comenzó
con esta sangrienta lid
que tal vez no tenga fin.

Debemos estar atentos,
con los ojos bien abiertos,
que aunque las leyes existan
no acabará la injusticia.